domingo, 13 de junio de 2010

Gente que voy conociendo (ordenados según el frikismo del personal)

Un día de estos os hablaré sobre las personas con las que comparto la casa (si es que algún día nos dignamos a hacernos una foto), pero hoy la cosa va de gente que he ido conociendo a lo largo del viaje; algunos ya los tengo en el facebook, y con otros apenas hablé unos minutos. Los dos mejores los dejo para el final, ya entenderéis por qué. A los aspañoles que he conocido no los menciono, que total, tampoco creo que sea muy diferente de conocer gente en València xD
  • Leo: me senté a tomar un café –llámale café, llámale suero fisiológico para los orcos enfermos del inframundo- a las afueras del Palacio Imperial de Kyoto. Tenía la visita a las tres de la tarde, aún quedaba un poco de tiempo. Veo que se gira y me dice: “Are you going to the Palace?” Le respondo que sí y empezamos a hablar. Es un tío majo, de unos 35 años, que ha venido solo a Japón –como tantos otros, ¡es el país de los viajeros solitarios! Nació en Las Vegas y vive en San Francisco, algo muy común –lo de la extrema movilidad- en los U.S.A. Hablamos de ello, me recomienda algunos sitios en Kyoto (era mi tercer día) y hacemos la visita juntos, con lo que resulta más amena. Curiosamente, nos volvemos a encontrar unas horas después por la calle, los dos con prisa por llegar a otros sitios.
  • Chico de Florida: me dijo el nombre, no me acuerdo. También viajaba solo, lo curioso de todo esto es que me lo encontré en el Pabellón Dorado dos días después de haberlo visto en un museo en Tokio en el que éramos los dos únicos occidentales, y encima me salió en una foto al revisarlas en casa. Tiene cojones la cosa... Seguro que Friker de ahí sacaba un programa... Es el de abajo:
  • Camarera de Miyajima: sí, me dijo su nombre, pero no me acuerdo. Muy maja, cuando solté el típico “Watashi wa spein-jin desu” abrió los ojos como platos. ¿Adivináis? Sí, iba a clases de flamenco xD Y me preguntó si tocaba las castañuelas; mi respuesta incluyó una somera descripción del alcance territorial del flamenco para evitar otros malentendidos. Cuando le dije que era de Valencia dijo, como TODOS los japoneses que he conocido: “¡Oranges!” Y yo sonrío, porque sí, prefiero que nuestra imagen sea una fruta estupenda que no un trozo de asfalto por el que pasan coches a toda velocidad o un par de barcos para ricos aburridos. O un museo de la ciencia de nombre absurdo y contenido lamentable y nada didáctico, vaya. O un palacio de la ópera con el mismo problema de nomenclatura, incómodo, con un interior de párking de los 70, escenarios autodesmontables (o sea, que se caen solos) acústica mejorable y asientos más pequeños que los de Japón –tras más de 70.000 millones de pesetas gastados, eso sí. Bueno, dejemos el tema que me caliento.

  • Rie y camarera de Tokyo: bueno, aquí no cuenta el grado de friquismo, pero me apetece contar el encuentro, porque... ¡qué gusto da hablar en catalán en medio de Tokio con una japonesa! Se llamaba Rie y era muy agradable, simpatiquísima y conocedora de la diversidad de España (algo nada habitual) pero que, eso sí, había ido a la Tomatina xD Os lo creáis o no, la gente aquí pone la Tomatina al nivel de las Fallas, a pesar de ser una fiesta inmunda y repulsiva (y eso que mi opinión de las Fallas no es muy buena, que digamos). Otra camarera me preguntó, a través de Rie (por cuestiones de idioma), si en València comíamos paella todos los días... Así que me tocó hacer una breve descripción de lo que es la paella valenciana, un plato que, al contrario de lo que muchos piensan, se circunscribe únicamente a València y alrededores. A la Ribera ya no llega, con su pimiento y sus albóndigas; eso es paella de la Ribera, y está buenísima, pero no es valenciana, lo siento chicos ;) Para los japoneses, y creo que ya para el mundo entero, Paella=España, lo que es una cosa que me revienta a más no poder. Los andaluces se quedan con su pescaíto frito, a pesar de que en València también tenemos; los asturianos con la fabada (y con razón! pero un buen arròs amb fessols i naps, hmmm....), los madrileños con su cocido (tenemos nuestro puchero, aunque no su agua), en la Mancha con calderetas, migas, gachas y demás (slurrpsh! qué bueno tenerlo tan cerca!); en Catalunya con la botifarra amb mongetes, els calçots i el pà amb tomaca (que nadie se me acerque y diga “pantumaca”)... Pero los valencianos, que hemos conseguido que un plato de pobres –sí, llevaba rata de l’Albufera, un animal probablemente más sano que algunos pollos que se crían hoy en día- sea conocido en todo el mundo, no hemos sabido ni mantener sus esencias –asusta ver la publicidad de las paellas en los bares de Japón, pero también en Europa, y España- ni vincularlo con nuestra tierra. Y eso me jode. Porque el mérito es nuestro, collons!
  • Paco: pero no se llama Paco, claro, es un japonés que vivió en València durante casi dos años. El día que me lo presentó Isabel llevaba una gorra del València C.F. y, al saber que era valenciano, me saludó con un “Amunt!”. Ha ido a Mestalla unas 15 veces, más que yo en toda mi vida. Lo veo casi más integrado en València que en Japón, es muy majo y parece que veremos algún partido del mundial juntos (llevaba la guía encima con el calendario, iba preparado).

  • Chica con la que estuve hablando toda la noche y no logro acordarme del nombre: era la amiga de una alumna de Isabel, quien es una amiga de un amigo de una amiga de València, y acabé hablando con ella durante un buen rato, con su amiga, y con Isabel y Ari, ¡claro! Hizo una estancia de un año en Alacant y habla un castellano muy bueno, así que, por una vez, no hubieron problemas de comuncación con un japonés. Lo gracioso de todo es que me empezó a contar que había conocido –por lo que parece se hizo muy amiga- de Pepín Liria, un torero que me suena hasta a mí, que aborrezco a más no poder ése espectáculo sangriento de tortura animal. Me enseñó una foto con él, me contó que había ido una semana seguida a los asesinatos rituales –creo que ellos lo llaman corridas-, que también había estado en la Volvo Ocean Race... No perdió el tiempo, parece. Yo simplemente dije que no me gustaban, pero no eché ningún míting, no era plan de joder la noche. Aparte de eso, era muy simpática.

  • Chico de Hungría: vamos con la joya de la corona. En Takayama me encontré con este chico, que intentaba hacer que el router del hotel funcionase (era cliente, pero se quería conectar sí o sí con su Vaio Serie X). Nos pusimos a hablar –con juestro yukata, en el salón- y empezamos con el tema de los dobladores, no sé cómo, la verdad. Me contó que había conocido al doblador húngaro de Cartman (South Park) y que los doblajes en su lengua le encantaban porque tenían un registro más amplio para insultar que el inglés, por ejemplo, y 12 palabras para “asshole” o “fuck”. Con el doblaje y el tema de ser español, me dijo que si había visto "Torrente". Asentí un poco sorprendido, y me contó que le había encantado, y que un amigo suyo, que tiene el mayor sito de Torrents de Hungría, se había estampado una camiseta con motivos de la película y ojo, ojo, OJO, que habían fundado un club de fútbol en su honor, que se llama “Torrente” algo, no me acuerdo. Yo le dije, ya totalmente alucinado, que le escribiese a Santiago Segura, que si alguien es capaz de sacar eso a la luz y darle publicidad, es él. Pero la cosa no acaba ahí. Él, su amigo y dos más fueron a València hace un par de años. Ahora empezad a atar cabos con los pueblos que rodean a la ciudad, entre los cuales hay uno que se llama... ¡Torrent! Así que los colegas se van a un hotel de Torrent a pasar una noche allí sólo porque se llama así. “The hotel was nice” es lo único que me dice del pueblo. Normal. Alucinante. La conversación volvió al doblaje –el tipo era un enfermo del asunto- y acabó en Pumuki. ¿Cómo puedo dormir después de esto? Perturbador.

7 comentarios:

  1. una somera descripción del alcance territorial del flamenco...jajajajajajajajajajaja...como decir con delicadeza que odias el flamenco en todas sus vertientes...jajajaja

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  2. Así que me tocó hacer una breve descripción de lo que es la paella valenciana, un plato que, al contrario de lo que muchos piensan, se circunscribe únicamente a València y alrededores. A la Ribera ya no llega, con su pimiento y sus albóndigas; eso es paella de la Ribera, y está buenísima, pero no es valenciana, lo siento chicos ;) ...jajajaja...Andreulis...no sé porque no leo tu blog más frecuentemente...jajajaja...me haces reír mucho!!!!

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  3. No, xe, no lo odio, simplemente no me gusta la mayor parte de lo que he escuchado -tan sólo algo de Camarón y Mercé-. Pero eso no tiene nada que ver con que se piensen que en España TODOS bailamos flamenco y hay la misma afición en Girona que en Pontevedra que en Zaragoza que en Sevilla. Simplemente le aclaré las ideas a la chica ;)

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  4. muy bien Andreu...imagino que ella también te aclararía que no comen sushi ni cosumen manga a todas horas, ni que son tan frikis ni rancios como decimos los ignorantes occidentales...:P

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  5. por lo que comentas de que ahí la tomatina la ponen al nivel de las fallas, en el Tekken 6 hay un escenario qeu es en la "fiesta del tomate"

    http://www.otakufreaks.com/wp-content/uploads/2009/04/tekken6tomatina2.jpg

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  6. No me jodas... Cuando Google lo puso por un día como motivo de su página de inicio ya vi que era famoso, pero joder... Buen apunte! ;)

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  7. Un hongarés a Torrent? Ja deia jo que aquell tipet que em vaig trobar era estrany... XDD No, en sèrio, flipe! XD L'home d'una amiga meua del poble és hongarés... que no serà ell i ho estava amagant tot? XD I el que ja donaria diners per saber és quin hotel d'ací li va semblar "nice"... XDDDD

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