miércoles, 2 de junio de 2010

Cosas que tiene vivir en un país civilizado

  • El otro día puse un billete de 1000 yenes en la máquina de café del museo, y me olvidé del cambio. Horas después me quise tomar otro café y mirando el monedero me acordé de que me había dejado el cambio en la máquina, así que di por perdidos los 900 yenes (que no es un euro ni dos, vamos). De cualquier forma, fui a la máquina, por si... Y sí, estaban allí, los 900 yenes, sin tocar. Acojonante. Puede ser que nadie la utilizara durante mucho tiempo, pero de cualquier forma yo soy el primero que si pasa cerca de una vending machine se para a rebuscar en el agujero de las monedas, a ver si alguien se ha dejado algo, así que me juego lo que queráis que si dejas 7 euros en una máquina de café en la universidad no duran ni 10 minutos xD
  • En la estación hay unas marcas en el suelo, triángulos, flechas o círculos (ver afotos), y para cada tren se indica en los paneles dónde tienen que hacer cola; así se ponen a esperar en distintas filas según el tren que quieran coger, aunque sea en el mismo andén. Muy útil. La puerta se abre EXACTAMENTE donde están las señales, las dos filas se separan algo para dejar salir a la gente del tren y después, ordenadamente, entran. Todos los días alucino. Incluso cuando va petado (el otro día hubo un retraso en hora punta, en el peor día de fallas de València vas infinitamente más ancho) intentan mantener el orden, aunque al final acaban aplastándose entre ellos, haciendo palanca para entrar en el vagón y falcando a la peña, que ni se mueve en los bandazos del tren. Tan apretados estábamos que muchos aprovecharon para dormirse... ¡de pie! Porque total, caerse no se podían caer xD





  • El transporte público, autobús incluido, es espectacularmente puntual, a pesar de lo que he dicho más arriba. Ecir, los trenes llegan SIEMPRE a la hora que toca, y ni hace falta mirar el reloj (como me dijo Oli). No existen esos retrasos sin explicaciones tan típicos en València. Aquí, si hay un retraso por una causa determinada (no porque el tren llegue tarde porque sí), se avisa por megafonía y en los paneles luminosos. Incluso cuando son sólo 3 minutos lo consideran un retraso serio y fuera de horario, con lo que lo señalizan. Igual exagero, pero me da la sensación de que todo esto funciona perfectamente. Los trenes, que no tienen papeleras, están limpísimos, sin grafitis, sin ventanas garabateadas, sin papeles, sin adolescentes-comepipas-tedaríaunabuenaostiahoramismo, sin chulillos de barrio que entren fumando, sin chicles pegados en ningún sitio... Otro mundo.
  • Lo de los zapatos, que desde la distancia tiene toda la pinta de ser una manía absurda, me parece cada vez mejor, y de hecho creo que cuando vuelva lo voy a empezar a aplicar. Es limpio, es cómodo y no cuesta nada. Me encanta ir en pantuflas en el trabajo :)

3 comentarios:

  1. Me he kedado alucinada con lo simbolos del tren y sus "seguidores", estos japos no serán de la kabala? ;D
    Por cierto apoyo la moción de las pantuflas, urggmm plantuflaaasss (como diria homer simpson)

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  2. Puntuales y civilizados... por algún lado tenían que petar: 50 años de gobierno derechón para 8 meses pseudosociatas...

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  3. yo alguna vez sí que me he quitado los zapatos en el curro, pero al ser el único llamas un poco la atención XD; eso sí, si lo haces en casa ensucias mil veces menos

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