martes, 1 de junio de 2010

El reciclaje en Japón (una visión equivocada del asunto)

No hubiese escrito esta entrada de no ser por lo que ví el otro día, pero ya que estamos lo explico un poco. Aquí se recicla todo, o mejor dicho: se separa todo. Se separan tipos de plástico, papel y cartón, vidrio, residuos orgánicos (que se depositan al lado de la pila, en una malla asquerosa que al final del día se pone en una bolsa de plástico y se mete en lo "quemable"), ricks, etc... Es tan complicado que a veces me paso un rato para saber dónde va cada cosa. No sólo eso, sinó que por la calle, como ya comenté, NO hay una miserable papelera, tan sólo algunos sitios donde depositar botellas de PET y latas de aluminio; del resto olvídate, vas a masticar el palo del helado toda la tarde. Llegan hasta tal punto en lo de la separación que es posible ver cosas como ésta (en una estación de tren)



Que no es, ni más ni menos que dos contenedores, uno para periódicos y otro para revistas. Tal cual. Algo que tiene su fundamento, pero que no tiene aplicación práctica, puesto que muchos de los deshechos que se generan, a pesar de ser separados, son quemados. Pero el enfoque erróneo del asunto no va sólo por ahí.

Como en Japón hay mucha gente sola, o que hace gran parte de su vida sola, está todo pensado para ello, con paquetes individuales de cualquier tipo de producto. Pero además, te dan palillos -convenientemente envueltos- con cada compra en las convenience stores y en cada comida, por barato que sea el bar; todo está envuelto en plástico, los chichles llevan envoltorio para cada grajea, las bolsas de plástico van que vuelan -se sorprendieron mucho al ver mi bolsa reutilizable- y esto es, en definitiva, es un mundo lleno de envases, algunos de ellos increíblemente inútiles y prescindibles. De las llamadas "3 R" del consumo responsable (Reducir, Reutilizar y Reciclar) sólo aplican una de ellas, justamente la menos importante. Lo prioritario es reducir el consumo -reduciendo el consumo neto de materias primas y ahorrando energái-, después reutilizar -ya que hemos realizado el gasto, utilizar el producto tantas veces como sea posible- y finalmente reutilizar -si ya no podemos seguir utilizándolo, lo reciclamos para aprovechar una parte de sus materiales o obtener energía de su degradación-. Con la obsesión por el reciclaje -tenemos una vecina maniática que si no dejas la bolsa donde es debido cruza inmediatamente la calle para advertírtelo- se crea una falsa imagen de "responsabilidad ambiental" que, en este caso, no se corresponde con la realidad.

1 comentario:

  1. Andreu!

    Me alegra mucho saber que estás disfrutando como un jabato!!! Y aprovechando el tiempo para absorber todo (y mucho más...!) sobre la cultura japonesa!
    Ya le he hechado una buena mirada al blog, me encanta el enfoque que le estás dando.
    Bueno, sigue disfrutando: a la vuelta (porque, vuelves, verdad...? :-)) nos vemos y me cuentas tus planes de futuro, ya que hay muchas novedades y quiero que sea protagonistas de algunas (o más) de ellas.
    Un abrazo, Dewa mata!

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