Para los gordonautas, el espacio vital es algo más que la distancia que deseas mantener con el tipo maloliente que se te ha sentado al lado en el metro (ah! perdón, que eso aquí no existe!), es la medida de tu sueño, tu confort, la posibilidad de leer o de mirar tranquilamente por la ventana. El problema es que los diseñadores de los medios de transportes públicos nunca lo tienen en cuenta, y por lo general hacen asientos para que un Minimoy con enanismo esté agusto, y ni eso. Sin embargo, en un país en el que con 1,70 juegas al básquet en el instituto han conseguido hacer unos asientos de tren (los del Shinkansen, el tren bala) espectacularmente anchos y confortables, algo que sigo sin entender en una sociedad que aprovecha el espacio más que un gordo una chuleta a la brasa. ¿La explicación conspiranoica? Todo el espacio que les sobra lo han cogido de los autobuses, debe ser una especie de constante universal, eso del espacio para las piernas, y romper esa regla debe ser peor que quitar el tapón de una bañera con una lámparita del Ikea dentro (Lostocoña). Los japoneses casi no caben en ellos, y volar en turista con Iberia es casi orgásmico comparado con estos asientos de tortura. Reposacabezas, ¿para qué? Si total van a estar dando cabezadas desde que se sienten...
¿Adivináis cuál es el tren y cuál el autobús?
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