martes, 4 de mayo de 2010

Los perros como ejemplo de civismo

No, no me gustan los perros; de hecho los detesto. Ladran, molestan, ensucian y en el mejor de los casos nunca sabes por dónde van a salir. No entiendo por qué si no te gustan eres raro, o por qué si hay un perro monísimo en la calle y tu eres el único que no se acerca a acariciarlo te conviertes en poco menos que un repudiado. Digo esto para dejarlo claro desde el principio, admitiendo que tengo una visión condicionada, lo cual sin embargo no es impedimento para escribir sobre el civismo de los amos de los perros.

En València es imposible no encontrarse con una mierda de perro a menos de 100 metros a la redonda de tu portal. Pisar una mierda de perro es algo habitual, y hay calles en las que es toda una gesta recorrerlas sin hacerlo (Sanchis Sivera, por ejemplo, que cuando llueve emana un característico olor a heces, el cual se complementa con la textura cremosa del pavimento). Muchos parques son inutilizables por culpa de los perros (a ver quién es el guapo que se sienta en esa hierba). Aparte, es raro quien no tiene un perro ladrador cerca, que cada vez que oye el ascensor avisa a toda la finca por si les interesa contabilizar exactamente los viajes del aparato y controlar el gasto comunitario. Y casi nadie lleva los perros como deberían, es decir, atados, y ni tan siquiera lo hacen cuando se acercan a un espacio natural, en el que los animales corren libre, jodiendo el ecosistema, asustando a la fauna y destrozando cuanto se les ponga por delante (l’Albufera es un ejemplo perfecto)

Ahora me diréis: son los dueños. Sí, gran parte de la culpa, por no decir toda, la tienen ellos. Así que si uno no está capacitado para tener un perro, pues lo siento, pero no puedes. No me basta con decir: “no son los perros” y arreglado, ya están exentos. Debería haber algún tipo de habilitación, y por supuesto multas GORDAS para quien no cumpliese con la reglamentación establecida (incluyendo el abandono, por supuesto)

Ahora bien, aquí en Japón, como en el resto de cosas, es diferente. Los perros no sólo son más bonitos y pequeños, sinó que no ladran NUNCA, los llevan siempre como es debido (atados), no molestan y no he encontrado aún una mierda en el suelo (ni en ningún otro sitio). No tengo que preocuparme al sentarme, ni al andar, ni al abrir mi mochila y sacar la comida, ni cuando pasa un coche por la noche por si se ponen a ladrar en grupo, ni al ir por la montaña, ni tampoco se preocupan las madres por sus niños en los parques, ni nadie.

Conclusión: efectivamente, la mayor parte de la culpa es de los dueños, pero también de la reglamentación y de su aplicación en términos muy laxos. Así que si ustedes quieren tener un perro, ténganlo en condiciones, pero no jodan al personal y no le hagan malvivir al animal.

PD: cabe recordar que vivimos en una sociedad HUMANA, y que sintiéndolo mucho con el resto de la biosfera, ni estamos en armonía con ellos ni nada parecido. Si los humanos tenemos normas básicas para nosotros, ¿por qué deberían estar exentos de cumplirlas los perros?

5 comentarios:

  1. No olvidemos, amén de otras cosas que has comentado, que además el perro es un animal con una total carencia de dignidad y autoestima.

    ResponderEliminar
  2. Hombre, pobres perros, en el fondo no es su culpa xD Yo creo que los perros por sí mismos seguro que son animales majos, con autoestima, dignidad y bioalcohol, pero la versión que conozco de ellos me resulta muy molesta la mayoría de las veces e indiferente el resto.

    ResponderEliminar
  3. Sento discrepar. La majoria de gossos tenen més bons sentiments (o almenys així ho mostren) que algunes persones. Sobre tot si has viscut amb ells, i per tant formes part del seu grup social. Llàstima que molta gent els tracte com a joguines o adornaments... i els altres "gaudim" dels resultats negatius

    ResponderEliminar
  4. Estoy de acuerdo con lo que comentas de que somos una sociedad humana, y desgraciadamente hay que reglar ciertas cosas más por el daño que unos humanos pueden hacer a otros humanos

    PD: Y el tema canino, a mi es que tampoco me hacen gracia, incluso me dan un poco de reparo o miedo

    ResponderEliminar
  5. Sí Paco, la culpa no és d'ells, però ho patim tots.
    I sí Sara, a mí también me dan miedo, lo digo abiertamente. Aparte de persecuciones en bici e intentos de mordeduras, nunca sabes por dónde te van a salir, y no me vale el "no hace nada", porque no hace nada hasta que lo hace, como pasa siempre que hay un muerto por perros.

    ResponderEliminar