Como la estación de Kyoto es el Jardín de las Delicias moderno (pero pintado por alguien mucho más interesado en la comida que en el sexo), es difícil resistir a la tentación de bajar del tren y no comprar alguna cosilla para cenar (más aún si uno es un gordonauta deslumbrado por pasillos y pasillos de bares y restaurantes). Ayer no lo pude evitar, y en el mostrador de un bar de sushi con barra giratoria, me compré esto por 800 yenes:
Que yo sepa, comí atún, salmón, vieira (o prima hermana), sepia, gamba subtipos 1 y 2, huevo y pulpo. Dudo con los extremos de arriba: el de la izquierda no sé si es cangrejo o langosta, y el de la derecha es que ni idea. Eso sí, estaba de cojones, con su soja, su wasabi (lo llevan incorporado) y su jengibre. Y su cervecita Yebisu, claro xD
Té molt bona pinta, jo no sé si m'hauria resistit tampoc... Ja em duràs i et convide!
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