lunes, 10 de mayo de 2010

Una cena que no pude evitar

Como la estación de Kyoto es el Jardín de las Delicias moderno (pero pintado por alguien mucho más interesado en la comida que en el sexo), es difícil resistir a la tentación de bajar del tren y no comprar alguna cosilla para cenar (más aún si uno es un gordonauta deslumbrado por pasillos y pasillos de bares y restaurantes). Ayer no lo pude evitar, y en el mostrador de un bar de sushi con barra giratoria, me compré esto por 800 yenes:



Que yo sepa, comí atún, salmón, vieira (o prima hermana), sepia, gamba subtipos 1 y 2, huevo y pulpo. Dudo con los extremos de arriba: el de la izquierda no sé si es cangrejo o langosta, y el de la derecha es que ni idea. Eso sí, estaba de cojones, con su soja, su wasabi (lo llevan incorporado) y su jengibre. Y su cervecita Yebisu, claro xD

1 comentario:

  1. Té molt bona pinta, jo no sé si m'hauria resistit tampoc... Ja em duràs i et convide!

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