Me dicen que no actualizo: bueno, no me lo dicen, no hace falta, porque está claro que este blog está más parado que un libro de Alexis (bromilla privada, lo siento). Lo que pasa es que uno acaba bastante harto de escribir y estar cara al ordenador todo el día, y como los posts que tengo en mente ("Rebatiendo a loquemerevientadejapon" y "Consejos para viajar a Japón", entre otros) o son muy largos o requieren bucear entre los más de 30 gb de fotos que tengo repartidas entre distintos ordenadores (como si fuese un Fabra de la informática, un yonki de los Raws, un defraudador de Photoshop) pues pasa lo que pasa, que nunca encuentro ese rato para subir algo de nuevo material. Así que vamos con un post que seguro que Robert Rusk calificaría de frenéticamente delicioso, ecir, con mi (subjetiva y personal) valoración de dos nuevos restaurantes japoneses que he probado hace poco en mi ciudad.
- Ichido (Plaza del Ayuntamiento). Lo comentaba con Luis, y le ha pasado a otra gente: yo volvía de Japón, y en el avión pensaba en cómo iba a echar de menos determinada comida japonesa... que no era el sushi. Vivo en una ciudad con el mar a un tiro de piedra, y es sólo cuestión de buscar sitios, porque materia prima habrá. No, pensaba en el ramen, los fideos en caldo, una de las maravillas gastronómicas de este planeta. Venía preocupado por no poder encontrar nada parecido aquí, y, efectivamente, no hay nada parecido, pero yo no lo sabía cuando entré en "Ichido", un local que lleva ya un tiempo pero en el que nunca me había fijado. Se parece -relativamente- a un bar de ramen de Japón, con su barra para gente sola incluída, pero ahí se acaban las similitudes. Una forma de pedir a lo "100 montaditos" que ni me va ni me viene (prefiero los tickets japoneses, pero entiendo que no sea lo más adecuado en otro sitio), y una oferta bastante amplia en cuanto a ramen... que no incluía ninguno con cerdo! Una carta de ramen sin "tonkotsu" es una aberración, pero en serio, vayamos por partes. No entiendo por qué no hay ramen con cerdo, si: a) Es lo más habitual en Japón; b) Es barato; c) El cerdo suele gustar; d) Aquí hay mucho cerdo. No hace falta copiar milimétricamente la receta con huesos de cerdo, pero un par de cortaditas porcinas en vez de la ternera que comí (correosa) le irían mucho mejor. Pero eso no es lo peor. El caldo es agua, con algo de sabor, muy lejos de los caldos japoneses, que alimentan ellos solitos. Los fideos psá, la cantidad justa y el precio algo caro (6-8 euros por bol), especialmente teniendo en cuenta la calidad y cantidad. Para acompañar, pedimos sushi de salmón y atún (ni se te ocurra, el peor arroz de sushi que he probado, dulzón y de textura rarilla) y creo que unas empanadillas asiáticas (psá, pero en fin). Para beber Asahi y agua, me ofrecieron un chupito de sake -caliente y malillo- Veredicto: si quieres tener una remota idea de lo que es el ramen, no vayas. Pero si quieres probar algo nuevo, no te importa que sea tan japonés como yo pepero y tienes 15 euros en el bolsillo con los que no te piensas comprar el nuevo disco de New Pornographers, puedes pasarte por Ichido.
- Tastem (Ernest Ferrer, 14) Venía precedido por la etiqueta de "El mejor japonés de València" en algunos foros y webs. Nada más entrar, se nota que estás en un restaurante, con un empaque superior al Manga, pero con una decoración y mantelería discutibles. Una mesa con dos japoneses comiendo una enorme bandeja de sushi me dio confianza, y, en efecto, el sushi estaba muy bueno (salmón, atún y pez mantequilla). La carta te da una de cal y otra de arena (nunca he sabido cuál es la buena y cual la mala, aviso): mientras tienen platos auténticamente japoneses (yakisoba o okonomiyaki), la mayor parte del sushi son idas de olla tremendas, ecir, el equivalente a la paella con chorizo y guisantes. También ofrecen ternera de Kobe (wa-gyu) a unos precios que, aunque caros, es imposible que se correspondan con la verdadera ternera de Kobe. Por una parte está la raza (que sí, puede ser wa-gyu), pero por otra hay que considerar de dónde procede (la carne de EE.UU. o Australia es mucho más barata que la japonesa, al menos en Japón) y qué corte es (el precio puede duplicarse, triplicarse, cuadruplicarse... según si es una buena parte de la vaca o no). No ponen ninguno de estos datos, con lo que, en cierta medida, llevan a engaño a los comensales. La carta de vino es muy escueta, aunque hay algunas referencias interesantes; cervezas hay Kirin, Sapporo y Asahi, ni rastro de mi adorada Yebisu. Pero vamos a la comida: pedimos sushi (poco), sopa de miso, okonomiyaki y tempura de verduras. De postre, creo que brownie. El sushi, bueno, pero muy caro (4 euros el nigiri -como poco- me parece carísimo). La tempura, demasiado aceitosa y no tan ligera como la del Manga (y oh! justo el doble de cara). La sopa de miso, muy buena, y a precio razonable (no como el edamame, que no pedimos porque me parecía insultante que nos cobrasen 6 euros -en el Manga, otra vez, valen la mitad-). El okonomiyaki (que ellos llaman pizza japonesa pero que sería más adecuado calificar como el hijo bastardo de un crepe y una pizza deconstruida)... no era exactamente como me esperaba, aunque tengo que decir que, dado que en cada parte de Japón lo hacen de una forma tampoco puedo ir de purista en este caso. Estaba bueno, pero otra vez, caro, el doble de su precio en Japón (y sin que los ingredientes sean especialmente costosos o difíciles de conseguir, excepto un par que se ponen en poca cantidad). Al final, 35 euros por barba (sin vino, sólo con cerveza y agua), lo que me parece muy caro. Veredicto: un restaurante en el que sí, podrás comer auténtica comida japonesa (buen sushi magníficamente presentado, platos tradicionales difíciles de encontrar) pero que se pasa varios pueblos con algunos precios y desmerece su condición de "auténtico japonés" con determinada parte de la carta.
- Manga Sushi Bar (Conde Altea, 13) Y llegamos, ahora sí, al que es en mi opinión el mejor japonés de València. Mejor porque ofrece lo mismo que el Tastem, pero a precios más ajustados, que a veces son la mitad. Mejor porque es japonés sí o sí, y prueba de ello es que en su fachada o nombre no pone "japonés" en ningún momento. Mejor porque lo siento, si voy a un bar de sushi quiero salmón, atún, pulpo, anguila, gambas... Pero no invenciones que sí, pueden estar para chuparse los dedos, pero no son a lo que voy, ni lo que busco. Volví con mis padres y, animado por el hecho de que no estaba restringido al menú del día (muy aconsejable, por otra parte), pedimos: edamame, tempura (buenísima, repetimos), sashimi, makis y nigiris de salmón y atún, y nigiris de anguila (i-m-p-r-e-s-i-o-n-a-n-t-e, igual o mejor que en Japón), tofu, tortilla japonesa, gamba dulce, pez mantequilla y no recuerdo si algo más. De postre, trufas (chocolate y té verde) y helado de té verde. Todo, con 2 botellas de vino, y 3 cervezas nos salió por 45 euros/persona. Barato, no es, pero si lo pienso, sólo separan 10 euros a una comida normalita (Tastem) de un fantástico atracón de sushi (más otros platos, claro), acompañado de vino y cerveza. Veredicto: no es barato, pero si algún día queréis probar buen sushi, buena tempura y otros platos japoneses a un precio razonable, el Manga es vuestro sitio. Prefiero ir cada dos semanas a un sitio así que ir cada semana a comer sushi Ichido style.